carta para ti escrita por mí.

Hoy desperté y pensé en ti. En lo mucho que te extraño y como todo lo bueno que vivo, no lo es tanto, si no lo comparto contigo. Como cuando compartías conmigo, aquí. Sí, aquí, mientras dormías en mi cama y yo trabajaba. A ratos no podía seguir en lo mío, porque no podía dejar de mirar tu figura, siempre tan poetica y sexual. Tan placida y segura que pronto dejaría todo para volver a acostarme contigo. Impedías que leyera y no me dejabas estudiar, pero sonreía porque la verdad es que no quería trabajar.

Hoy amanecí y te recordé, volví a nacer, pues ayer cuando me acosté, en ti pensé y me acosté a morir. Pero hoy es un nuevo día y se me ocurrió escribir una carta para ti.
Una sensación muy extraña cuando volví a nacer, porque al recordarte algo vivo nació en mí. Como esa sonrisa idiota que tenía pegada cuando sabía que no existía mal día que tú no me animaras.

Te quiero aquí conmigo o me quiero allí contigo. Te amo pero no a morir, siempre para vivir y compartir el tiempo que me queda en este mundo basto. Su inmensidad no me da miedo, si el tiempo contigo lo comparto. Como esos abrazos que tocaban mi espina, que recorría mi cuerpo, esa sensación eléctrica que me hacía sentir gigante, pero no más grande que nadie. Algo enorme que crecía y no paraba.

Extraño saborear tus labios y quedarme con gustito a tus besos, cuando me despido y digo nos vemos luego. Adivinar que si mi teléfono suena, es porque tu estás llamando, contesto y te nombro.

Bueno me despido, ya no recuerdo mucho, verás que despertar no toma mucho tiempo. Espero que esta carta la leas antes que esté muerto. Jamás he escrito para que me leas, jamás escribo pretendiendo que alguien lo quiera. Escribo porque siempre vale la pena, decir que te amo, te extraño y me encantaría que volvieras.

Eso me pasa cuando no te veo por muchos días.


...